Nuestra Señora de la Soledad

El origen de una devoción


Ya finalizado el siglo XV, los frailes franciscanos que acompañaron al capitán Juan Rejón a la conquista de la isla de Gran Canaria, comenzaron a construir bajo el amparo de la Reina Isabel de Castilla un convento en el Real de Las Palmas,dicho convento estaba destinado a ser la primera fundación monástica de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

El oratorio canario lo presidía la imagen de Nuestra Señora de la Soledad a la que la Ciudad comenzó a denominarla como la "Virgen de la Portería". Una pequeña lámpara votiva, ofrendada por los hermanos Sánchez de Orellana en el siglo XVII, se encontraba iluminando a la Santa Imagen durante todo el día, quebrando con su resplandor la oscuridad de la capilla conventual.

Es en 1835 y después de permanecer  más de trescientos años en el convento franciscano de Las Palmas cuando los franciscanos tuvieron que abandonarlo para siempre debido a una ley de supresión de conventos y monasterios que decretaba el Gobierno. Es por ello que en 1842 los militares exigieron la entrega de la capilla conventual y la imagen de Nuestra Titular tuvo que abandonar la capilla de la portería definitivamente para seguir siendo venerada por la Ciudad en el templo franciscano ya creado en parroquia.


El traslado de la Sagrada Imagen incrementó notablemente sus cultos en la Santa Cuaresma, Semana Santa y en el mes de Septiembre, mes en el que conmemora los Dolores de la Santísima Virgen María, los fieles llenaban las naves del templo franciscano como aún sigue perdurando hasta nuestros días.

La Imagen de Nuestra Señora de la Soledad de la Portería


Es sin duda alguna la imagen más venerada de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y la más antigua y venerada en cuanto a Imágenes de la Santísima Virgen se veneran en ella, además goza de una gran devoción de personas venidas de distintos lugares de las islas.

No se puede considerar a la Sagrada Imagen de la Virgen como una obra extraordinaria en cuanto valor artístico. Es una imagen de candelero a la que el escultor sólo le dotó de cabeza, busto, brazos articulados y manos, es a partir del busto donde descansa en unas tablas de cedro colocadas de forma cónica.

La Santa Imagen viste de negro, con saya y manto que usuaban las viudas nobles del  siglo XVI, señora de la austera Corte los Austria. Entre tanta negrura la Imagen porta un blanco delantal, ello humaniza y acerca a lo cotidiano la Imagen Solemne de la Virgen, que sostiene entre sus manos un sutil pañuelo de encaje blanco.


Nuestra Señora de la Soledad procesiona en un magnífico paso de plata repujada, dotado de palio, cuyos varales y crestería son también del mismo rico metal, con ello cabe destacar que Nuestra Venerada Titular fue la primera Imagen de la Santísima Virgen María en ir bajo palio en el Archipiélago Canario.

El paso es obra del orfebre Manuel Sánchez Jiménez que vino desde Sevilla, traído por el Excmo. Cabildo de Gran Canaria para realizar este importante trabajo. La parte baja del paso de palio estuvo terminada para la Semana Santa de 1958 y los varales y remate del palio se estrenaron en 1960.

Bibliografia:
Alzola, José Miguel. La Virgen de la Soledad. Historia y leyendas.1995.