miércoles, 1 de mayo de 2013

Con flores a María


A lo largo del mes de mayo en pueblos y ciudades de nuestra geografía se reza el Rosario, se elevan cantos a María, la Madre, se celebran cientos de fiestas y actos marianos.

Todo es poco para la Madre, todo es poco para honrar a la Madre de Dios y Madre nuestra. Cada pueblo, cada parroquia, cuida que a la imagen de la Virgen no le falten flores o velas, que su altar esté adornado y limpio. Expresión tangible de religiosidad popular, una religiosidad que expresa un sentimiento profundo de amor.


"Venid y vamos todos con flores a María" se cantaba en este mes de mayo, y se sigue cantando en nuestras iglesias, pequeñas o grandes. Con flores que el campo trae ya en la primavera, que son belleza y homenaje a la madre. Y, sobre todo, con las flores de nuestras vidas, con nuestros esfuerzos cotidianos ofrecidos a la Madre, con nuestra alegría compartida con los demás, con nuestras ilusiones depositadas a sus pies, con nuestras oraciones, con nuestros pequeños o grandes actos de amor.

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